ESTUDIANTES CON NECESIDADES ESPECIALES RECIBEN POCA AYUDA
Los líos del niño diferente
No todos los niños son ´típicos´. Ante dificultades de aprendizaje existen adecuaciones para adaptarse a su ritmo.
(Artículo Publicado en el Diario La Prensa)
Ariadna de Petterson está segura de que si a alguien se le ocurriese estudiar las razones de fondo de los fracasos escolares, encontraría que muchos son consecuencia de los problemas de aprendizaje.
“Una persona que fracasa, ¿en qué va a parar? Probablemente deserte del sistema”, plantea Petterson, la directora nacional de Educación Especial del Ministerio de Educación. Solo en 2010, por ejemplo, 27 mil 457 estudiantes de la premedia y la media no lograron avanzar de año. En términos económicos esto representó para el Estado una pérdida de 19.2 millones de dólares, pero los expertos saben que las secuelas psicológicas y hasta sociales pueden ser peores.
Ella tiene a su cargo un equipo de fonoaudiólogos, psicólogos, especialistas en dificultades del aprendizaje y trabajadores sociales. Son varios, pero no suficientes para todo el país. “Los recursos que tenemos son escuálidos y las respuestas están atrasadas”, confiesa la funcionaria al referirse al personal escaso y al hecho de que, con toda probabilidad, la dirección apenas logra detectar y ayudar a una mínima parte de los niños y jóvenes que tienen necesidades educativas especiales (NEE).
La norma legal indica –Decreto Ejecutivo No.1 de 2000– que las NEE son aquellas “dificultades mayores” que presentan algunos alumnos, las que dificultan “acceder a los aprendizajes que les corresponden por edad”. Se incluye aquí también a los niños que tienen “talentos especiales y que, para ser atendidos adecuadamente, puedan requerir recursos de apoyo, ajustes o adaptaciones en una o varias áreas del currículum escolar”.
Se diferencian de los niños con discapacidad porque no tienen problemas de retardo mental ni condiciones físicas que les dificulten el aprendizaje.
Los datos oficiales indican que en los centros educativos regulares hay 7 mil 202 niños y jóvenes con NEE, que antes de ser diagnosticados por el equipo de educación especial, eran mal vistos en los colegios porque no se ajustaban a la “normalidad” esperada por el cuerpo docente.
Tal como dicen José Aguilar y Ana María Urriola, psicólogos de la Fundación Valórate, el problema del sistema educativo panameño es que “está orientado a una población normal [promedio o típica]”, y cuando un chico se sale del “estándar” no saben qué hacer con él y se le estigmatiza.
“Los maestros incurren en conductas que empeoran la situación: humillarlo, no valorar el esfuerzo y ser negativos”, explica Aguilar
Valórate trabaja con niños con déficit de atención (ver cuadro). Con centros en Herrera, Coclé y en la ciudad de Panamá, muchos llegan porque sus padres ya están cansados de recibir quejas de los maestros.
“El asunto es que el niño es así porque es así, no porque quiere”, recalca Aguilar, refiriéndose a las protestas de los docentes.
Petterson conoce bien los problemas del sistema: “Los docentes realmente no están capacitados. Es un problema de actitud y también de matrícula alta, porque esto no permite una intervención adecuada. Es cuestión también de metodología, porque el maestro se acostumbra a enseñar una cosa de determinada manera, esa dinámica de trabajo se queda así y no vemos los ritmos ni las formas de aprendizaje”.
También es cuestión de recursos. O de falta de ellos. “Tenemos una demanda extremada; se nos agudiza la situación”, confiesa Petterson.
Para 2012, la Dirección Nacional de Educación Especial aspira a contar con un millón de dólares para ampliar su servicio de apoyo educativo. Un servicio que quiere ampliarse para ayudar a los niños con “altas capacidades”, en un programa que arrancó este año y que ya ha detectado a seis.
Si el millón de dólares se hace realidad sería un gran salto. Para 2011, la dirección apenas si tiene 30 mil dólares para funcionar.
La idea, añadió la funcionaria, no es solo encontrar a los niños con dificultades y trabajar con el maestro en las adecuaciones curriculares o intervenciones de conducta, sino preparar pruebas para el preescolar y hasta el tercer grado de primaria, “para identificar el problema y no esperar a que este tome cuerpo”.
http://impresa.prensa.com/panorama/lios-nino-diferente_0_3209679067.html
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